lunes, 21 de noviembre de 2011

Monólogo de Don Quijote

Continúa el discurso de Don Quijote:
¡Ea! No es este buen momento para dudas y desfallecimientos. El que no espera lluvia no ve nubarrones. No basta con soñar vidas, es preciso vivirlas, plenificarlas, darles sentido. A la perfección sólo se llega imitando a hombres y no tratando de poner en práctica teorías.
Ilustre e inmortal Amadís de Gaula, rey de todos los caballeros andantes, dispuesto estoy a emular tus heroicos pasos en busca de la eterna gloria que tú brillantemente alcanzaste. Construiré el camino que me conduzca a tu cielo y lo conquistaré para mi amada.

sábado, 29 de octubre de 2011

EL VALOR DEL DIÁLOGO

"Presérvame de las palabras vanas"

“Ven a la orilla, dijo.-
Dijeron: “Tenemos miedo”.
“Ven a la orilla”, insistió.
Ellos fueron. Él los empujó… y volaron.
Guillaume Apollinaire
Un maestro ayuda a sus aprendices a atreverse, a lanzarse, a vencer sus miedos y a volar.
Cuando le preguntaron a Sócrates cuál había sido su logro más importante, él respondió: “Les enseño a los hombres a preguntar”. C. Roland Christensen.
Una buena pregunta es una semilla que debe sembrarse para que produzca más semillas, con la esperanza de reverdecer el paisaje de la ideas. John Ciardi.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Psicosophia 4ª

Educación ¿Padres e hijos?

Continúo con mis psicosophias, esas “sabidurías del alma”, que comencé allá por el mes de octubre del años 2009, y que me están llenando de paz. Hoy voy a pensar en la educación, en los padres y en los hijos. Siempre ha existido y hoy existe en la sociedad una gran preocupación por el tema de la educación de los hijos. Vivimos en desamparo, y sólo la educación puede cambiar las cosas.

Psicosophia 3ª, 2ª parte


La felicidad II
Es ese famoso dilema entre “ser o tener”. ¿Estará, la felicidad, en tener, en poseer, o en ser? Cada persona valora más aquello de lo que carece y aquello que conoce. A los pobres les puede resultar difícil admitir que la felicidad no consista en poseer algunos bienes; y aquellas personas que poseen estos bienes piensan que la felicidad está en aquellos otros bienes de los que carecen.

Psicosophia 3ª, 1ª parte

La felicidad
Inicio una nueva reflexión, una nueva psicosophia, con el tema, quizá, más importante del ser humano, el tema que todos quisiéramos saber resolver, la felicidad. (Desarrollo este artículo en dos partes) Parte de él está en video.
Además de preguntarme acerca de la felicidad, lo que me hace más o menos feliz, me he estado preguntando, ¿qué podría hacer yo hoy ante vosotros para haceros un poco felices? ¿No seguir pensando? Me gustaría colaborar en vuestra felicidad. Para ello, podría hacer diversas actividades, desde contar chistes graciosos, (algo que no se me da demasiado bien). Tal vez cantarles o bailar sobre la mesa, en fin, no sé.
Tengo y quiero hacerles felices por medio de lo que voy a decirles, y eso es más difícil todavía. Sea como sea, allá voy con estos nuevos pensamientos. Espero que os agraden y os ayuden. Que os haga un poco felices, o al menos, no muy desdichados.

Psicosophia 2ª

Sabidurías del alma

“El tiempo de la vida humana no es más que un punto, y su distancia un flujo, y sus percepciones torpes, y la composición del cuerpo corruptible, y el alma un torbellino, y la fortuna inescrutable, y la fama algo sin sentido (...) ¿Qué puede pues guiar a un hombre? Una única cosa, la filosofía”. (Marco Aurelio)
“Las nubes de mi aflicción se disiparon y bebí de la luz. Con mis pensamientos en orden giré para examinar el rostro de mi médico. Volví los ojos y posé mi mirada en ella, y vi que era la enfermera en cuya casa me habían cuidado desde la juventud”. (Boecio)
Esta segunda reflexión es también acerca del ser humano, sobre nosotros mismos. Este ser humano que no es nada sin los otros y sin el mundo, su mundo, el mundo que él mismo ha creado y continúa creando.

Psicosophias

Primera psicosophia
Voy a comenzar una serie de reflexiones,que he denominado sabidurías del alma, más bien cortas para que no te canses y colabores conmigo en este pensar, que nos ayude a vivir con más plenitud y más armonía. Comienzo a reflexionar, a pensar en voz alta, a compartir las vivencias que me llegan y sobrepasan mi ser para llegar a un más allá.
La primera reflexión es sobre El ser humano.

miércoles, 3 de agosto de 2011

La filosofía da sentido a la vida

En apoyo de los indignados del 15m. Estamos en el año 2011. Vivimos, ¿vivimos? ¿Vivo? ¿Qué sentido tiene mi vida?
Quiero hacer un pequeño análisis a partir de lo que se ha llamado la apoteosis del capitalismo liberal a raíz de la caída del muro de Berlín y sus consecuencias.

domingo, 26 de junio de 2011

Ateneo

Ateneo Escurialense

Sr. Alcalde del muy Ilustre Ayuntamiento de San Lorenzo,.Sr. Delegado del Patrimonio Nacional, Sr. Presidente del Ateneo Escurialense, amigos todos. Buenos días. Propongo el siguiente lema para comenzar:
UNOS TIENEN QUE COMENZAR, PERO CONTINUAR ES LABOR DE TODOS

sábado, 4 de junio de 2011

Habla Don Quijote de la Mancha

No basta con soñar vidas, es preciso vivirlas, plenificarlas, darles sentido. A la perfección sólo se llega imitando a hombres y no tratando de poner en práctica teorías.

viernes, 27 de mayo de 2011

Nostalgias II

Las Lenguas, los idiomas

Durante gran parte de mi vida viví sin este problema. Hoy viene a menudo a mi mente, me acucia muy de vez en cuando y he decidido darle salida. Es una preocupación que tengo desde hace ya bastantes años.
Sé cuándo, cómo y seguramente el porqué se tomó esta decisión política.

domingo, 22 de mayo de 2011

Indignados

De un estado de derecho a un estado ético
José María Calvo
Parece que llega una nueva era. Ya era hora, démosle la bienvenida. La sociedad va generando sistemas de convivencia e incluso de gobierno en la medida en que va avanzando en su caminar histórico. No es el momento de analizar cada paso, porque todos los tenemos en nuestra mente.
Ha habido sangre sudor y lágrimas para ir consiguiendo modos de convivencia cada vez más humanos, más sociales, más libres, más democráticos, más respetuosos, más pacíficos. No podemos ni debemos volver atrás.

sábado, 7 de mayo de 2011

Villamor de los Escuderos

Quiero comentar el nuevo libro que José María Calvo ha dedicado en esta ocasión a su pueblo natal. Buceé en determinados aspectos de la personalidad del autor que nos ayuden a contextualizar su libro sobre Villamor de los Escuderos y a profundizar en aspectos importantes de su estructura que aparecen camuflados bajo una aparente sencillez.

Nueva Psicosophia

“Por natural disposición los seres humanos tienden a la lucidez”. Aristóteles.
“Sin la filosofía el alma está enferma, también el cuerpo, aunque tenga fuerzas, está como puede estarlo el de un loco o el de un desatinado. Por este motivo, si quieres estar bien, cuida en especial la salud de tu alma y, después, la del cuerpo, lo que no costará mucho.
G. Reale. La sabiduría antigua.
Hola de nuevo: Soy la filosofía. Ya sabéis mucho de mí: Que nací en Grecia hace muchos años, por lo que soy muy mayor. Siempre me habéis considerado mayor, y yo amo a los más pequeños. Quiero daros otra sabiduría para el alma.

martes, 19 de abril de 2011

La ignorancia es muy, pero que muy osada

José María Calvo
El Ateneo Escurialense acaba de cumplir cuatro años y goza de muy buena salud. Hoy quiero recordar sus comienzos y sobre todo su significado.
Propuse públicamente la idea de la creación de un ateneo y lo comuniqué a “amigos”, compañeros y otras personas relacionadas con la cultura.
Algunos me animaron a ponerlo en marcha, otros me decían: No sabes dónde te vas a meter; en este pueblo se han comenzado muchas iniciativas y todas han fracasado, la gente no responde, son…

domingo, 20 de marzo de 2011

lunes, 28 de febrero de 2011

PALABRAS

Palabras, palabras habladas y escritas. Leer, decir. Las palabras dicen. ¿O dicen más los silencios? ¿Son palabras los silencios? ¿Existen palabras mudas?

Libros para disfrutar; imaginación para desbordar.
Palabras en mi interior, alimento del alma. Corazón tinglado de mensajes de intimidad.
Palabras mías y tuyas. Ideas que producen palabras. Palabras recién nacidas y ya preñadas de impensados sentidos.

Palabras que hacen daño. Palabras que hieren, palabras que matan; palabras que unen, palabras que aman, verdad dentro de una palabra.

Palabras que dirigen gestos, que abren brazos y manos en un abrazo total. Palabra, armonía global.
José Mª Calvo

¿Es Bueno ser Bueno?

Traigo hoy aquí este texto de F. Pessoa. No sé si estáis de acuerdo con esta moral. Os invito a un diálogo. Mi moral la vais viendo en cada artículo.

“Así como, lo sepamos o no, todos tenemos una metafísica, así también, lo queramos o no, todos tenemos una moral. Tengo una moral muy sencilla: no hacer a nadie ni mal ni bien. No hacer a nadie mal, porque no sólo reconozco en los demás el mismo derecho, que creo que me corresponde, de que no me molesten, sino porque me parece que los males naturales bastan para el mal que tenga que haber en el mundo. Vivimos todos, en este mundo, a bordo de un navío zarpado de un puerto que desconocemos hacia un puerto que ignoramos; debemos tener unos para con los otros una amabilidad de viaje. No hacer bien, porque no sé lo que es el bien, ni si lo hago cuando me parece que lo hago. ¿Sé yo qué males causo si doy limosna? ¿Sé yo qué males causo si educo o instruyo? En la duda, me abstengo. Y me parece, además, que auxiliar o ilustrar es, en cierto modo, hacer el mal de intervenir en la vida ajena. La bondad es un capricho temperamental: no tenemos derecho a hacer a los demás víctimas de nuestros caprichos, aunque sean de humanidad o de ternura. Los beneficios son cosas que se infligen; por eso abomino fríamente de ellos.

Si no hago el bien, por moral, tampoco exijo que me lo hagan. Si me pongo enfermo, lo que más me pesa es que obligo a alguien a cuidarme, cosa que me repugnaría hacer a otro. Siempre que, habiéndome puesto enfermo, me han visitado, he sufrido cada visita como una molestia, un insulto, una violación injustificada de mi intimidad decisiva. No me gusta que me den cosas; parecen, con ello, obligarme a que también las dé: a los mismos o a los otros, sea a quien fuere.

Soy altamente sociable de un modo altamente negativo. Soy la inofensividad encarnada. Pero no soy más que eso, no quiero ser más que eso, no puedo ser más que eso. Tengo para con todo cuanto existe una ternura visual, un cariño de la inteligencia –nada en el corazón. No tengo fe en nada, esperanza de nada, caridad para nada. Abomino con náusea y pasmo de los sinceros de todas las sinceridades y de los místicos de todos los misticismos o, antes y mejor, de todas las sinceridades de todos los sinceros y de los misticismos de todos los místicos. Esa náusea es casi física cuando esos misticismos son activos, cuando pretenden convencer a la inteligencia ajena, o mover a la voluntad ajena, encontrar la verdad o reformar el mundo.

Me considero feliz por no tener ya parientes. No me veo así en la obligación, que inevitablemente me pesaría, de tener que amar a alguien. No tengo añoranzas sino literariamente. Recuerdo mi infancia con lágrimas, pero con lágrimas rítmicas, en las que ya se prepara la prosa. La recuerdo como algo exterior y a través de cosas exteriores; recuerdo sólo las cosas exteriores. No es el sosiego de las veladas de provincia el que me enternece por la infancia que viví en ellas, es la disposición de la mesa del té, son los bultos de los muebles por la casa, son las caras y los gestos físicos de las personas. Es de cuadros de lo que tengo nostalgia. Por eso tanto me enternece mi infancia como la de otro: son ambas, en el pasado que no sé el que es, fenómenos puramente visuales que siento con la atención literaria. Me enternezco, sí, pero no es porque recuerdo, sino porque veo.

Nunca he amado a nadie. Lo más que he amado son sensaciones mías –estados de visualidad consciente, impresiones de audición despierta, perfumes que son una manera de que hable conmigo la humildad del mundo exterior, me diga cosas del pasado (tan fácil de recordar con los olores)- es decir, de darme más realidad, más emoción, que el simple pan cociéndose allá dentro de la panadería honda, como aquella tarde lejana en que venía del entierro de mi tío, que me había amado tanto, y que había en mí vagamente la ternura de un alivio, no sé bien de qué.

Es ésta mi vida moral, o mi metafísica, o yo. Transeúnte de todo –hasta de mi propia alma–, no pertenezco a nada, no deseo nada, no soy nada: centro abstracto de sensaciones impersonales, espejo caído sintiente vuelto hacia la variedad del mundo. Con esto, no sé si soy feliz o desgraciado, ni me importa.”

F. Pessoa, Libro del desasosiego, Seix Barral, Barcelona, 1984

sábado, 19 de febrero de 2011

martes, 8 de febrero de 2011

Recordando a Matthew Lipman

Eran los años ochenta y yo buscaba caminos, senderos, luces o sombras. No lo sé. Deambulaba errante por las aulas repitiendo lo que me habían enseñado como alumno.
Yo era profesor de filosofía, y sentía una gran insatisfacción con lo que sucedía en el aula. Los resultados que observaba a mi alrededor eran sobre todo fracasos, suspensos, incomprensión de la filosofía cuando no odio a la misma y al propio profesor. Pensaba que mis alumnos eran unos irresponsables, y que tenía que hacer algo.
Como psicólogo traté de poner en práctica el “cómo modificar la conducta en los niños”, pero no lo conseguí. Después me di cuenta que no podría, ni debía intentarlo. ¿Quién era yo para meterme en el comportamiento de otros? Seguramente el que estaba equivocado y el que tendría que cambiar sería yo.
Esta era mi noche oscura. Y entonces apareció él y vi una luz. V Congreso de Filosofía y juventud. Le acompañaba su voz en español, el inseparable Eugenio Echeverría.
Escuché su inesperada ponencia y mis ojos ciegos comenzaron a ver. Entusiasmado por lo que acababa de escuchar, no daba crédito a mis oídos cuando surgió la voz de un “compañero”: ¿Podemos dejar ya la filosofía, los niños y estas zarandajas y comenzar a hablar en serio? Y como había que hablar muy en serio nos callamos, pero continuamos el taller de filosofía para niños.
Con unos compañeros de taller extraordinarios comenzamos la nueva aventura de la unión entre filosofía, educación y niños.
El niño, la persona como sujeto activo de su propia educación. Y aprendí a practicar el respeto, aunque íbamos aprendiendo el sentido del respeto cada día dentro de la comunidad. Y surgió la comunidad de investigación en el aula, y el diálogo como guía. La filosofía no era el fin del aprendizaje, sino un medio para el desarrollo de la persona.
Fui tan afortunado que Matthew y Ann Margaret Sharp me invitaron a hacer el Master en “Fine Arts”, traducido en FpN, “Aprender a pensar por sí mismo”. Y me fui a USA, a la universidad de Montclair.
El año y pico que pasé en Montclair nunca se borrará de mi mente y de mi corazón. Todavía conservo fotografías y escritos. Pero sobre todo conservo los recuerdos de todos los compañeros y sobre todo de las dos personas que más han influido en toda mi vida, y ya soy mayor. Ya habréis visto algunas fotografías que han salido en facebook. Iré añadiendo algunas más.
Quiero proclamar junto a otros compañeros, que soy otro enano subido a hombros de gigantes para poder ver más lejos. El mayor de todos Matthew Lipman, así, a secas. No quiero ponerle más epítetos.
No sé si he llegado a ver muy lejos, pero si no ha sido así, se debe a mi propia miopía.
No es el momento de hablar hoy del programa, pero no puedo callar el sentido de una educación en valores: en y para la democracia, en y para el diálogo, la tolerancia, la libertad, el respeto, la paz.
Y aprendí a aprender durante toda mi vida, a darme cuenta de que solo sé que no sé nada, a no tener respuestas, a preguntar y a preguntarme, a buscar para descubrir y ayudar a construir. Me habéis ayudado a descubrir tantas cosas que sería imposible escribirlas aquí. Sobre todo a ser feliz dentro del aula.
Mi vida cambió radicalmente, creo que para bien. Y se lo debo, sobre todo a dos personas, a dos gigantes de la pedagogía y de la filosofía. Gracias Mat, gracias Ann. Sé que seguís ahí, os siento, os sentimos. Permaneceréis para siempre conmigo.

José María Calvo

sábado, 5 de febrero de 2011

Nostalgias

¿Sentimientos, nostalgias?

Cuando yo era pequeño, solía cantar muñeiras y otros cantos en gallego. Recuerdo, por ejemplo, “una noite en un moiño”, y otras. Me hacía gracia, me divertía, me gustaba, y sentía cierto orgullo de poder hacerlo, y de que existiera esta lengua diferente de la mía, pero tan cercana, el gallego.
También conocí y me gustaba decir palabras en vascuence, como se llamaba otra de nuestras lenguas, hoy diría euskera, así como en catalán, con mis amigos y compañeros. Me sentía bien, muy a gusto compartiendo lenguas diferentes.
Más tarde las cosas cambiaron. Algunas personas se apropiaron de estas lenguas y me dejaron claro que eran suyas, sus lenguas, y no de toda la humanidad. Que no eran mías tampoco, y que por lo tanto, yo no podía usarlas así sin más.
Me sentí mal. Ya no podía seguir cantando muñeiras, ni jugar a adivinar lo que significaban algunas palabras en euskera.
Aparte de los libros, también traían al pueblo estas palabras personas que habían tenido que emigrar a las tierras vascas. Nos sentíamos iguales y convivíamos en armonía y alegría. Hoy algunas de esas mismas personas ya me consideran diferente, y parece que me miran por encima del hombro.
Estas personas que se apropiaron las lenguas, comenzaron a rechazarme a mí y a mi lengua, y también llegaron a insultarme y a menospreciarme. Algunos incluso a querer matarme.
Parece que querían vengarse de algo que yo o los que ellos llaman “los míos”, pudiéramos haberles hecho. Con esa clase de personas, yo tampoco me identifico, y siento dentro de mí que no quiero pertenecer a la misma humanidad que ellos.
Mi tristeza continúa aún hoy. Yo no sé qué he podido hacerles, pero me gustaría que nos perdonáramos y pudiéramos convivir en paz. Quiero, tengo necesidad de sentir placer de nuevo cantando muñeiras. Que nadie me quite este derecho, que no me digan que no puedo cantarlas, porque no son mías, que las muñeiras le pertenecen, y que no son ni serán nunca más mías también.
También espero poder bailar la sardana, sin que nadie se la haga propia y exclusiva, e incluso con esa jota tan alegre, que en más de una ocasión ha hecho resbalar lágrimas de emoción y de felicidad por mi cara, como es la jota aragonesa.
Hasta aquí han llegado mis sentimientos; unos sentimientos que han brotado espontáneamente de algún lugar profundo de mi ser. Pero no querría quedarme aquí, en esta situación de pena y melancolía, por no decir de otras cosas.
Mi inteligencia, aunque pobre, quiere ir más allá de estos sentimientos espontáneos, y me empuja a continuar caminando, en hacer más caminos, nuevos caminos de encuentro y no en contribuir a su destrucción.
Quiero sobreponerme a estos sentimientos que, por otra parte, no me hacen feliz, y emplear mi inteligencia para allanar estos caminos medio destruidos, para que todos volvamos a encontrarnos, a ayudarnos y a construir una convivencia universal con todas las personas y demás seres del universo.
También ha llamado mi atención, y con tristeza, otras dos cosas, entre tantas. Una es que las comunidades celebran sus fiestas recordando una guerra, una derrota, y con ánimo de revancha y reivindicaciones a otros. No sé por qué todos los pueblos no celebran las invasiones de otros pueblos, persas, romanos, godos, árabes, etc. etc. Algunos siguen celebrando la invasión de los franceses.
Exigimos siempre a los otros y no a nosotros mismos. Todo esto parece orquestado por quienes intereses creados en ello. Luego piden a nuestros niños y a nuestros jóvenes que valoren el esfuerzo y que se exijan a sí mismos. Parece una burda contradicción.
Y la segunda cosa que tristemente ha llamado mi atención es la letra de algunos himnos nacionales, que invitan a las armas, a la guerra, a la violencia, al odio, etc.
Y luego hablamos de pacifismo y concordia.
Espero que estos pensamientos ayuden a mejorar este mundo nuestro y nuestra convivencia en paz.
Ahora me siento mejor.

domingo, 23 de enero de 2011

Presos políticos

He leído un artículo sobre el trato a los presos políticos en España. Yo debo vivir en la inopia o ser tan ignorante que ni siquiera sabía que en España hubiera presos políticos. Estamos acostumbrados a protestar porque existan presos políticos en países dictatoriales que cómo podría yo pensar que los tuviera en mi propia casa, de la que presumimos que es muy democrática.
Debo vivir en algún tipo de error. Que trataré de aclarar. Yo entiendo por preso político a aquella persona que es detenida a causa de sus ideas políticas. Son ideas que no suelen concordar con las de los gobiernos correspondientes y estos piensan que pueden ser peligrosas para la estabilidad o la convivencia en paz. Los gobiernos tienden a librarse de esta clase de personas a las que ven como un peligro.
Siempre he pensado por mi cuenta y creo y defiendo que cada persona puede y debe pensar siguiendo lo que su conciencia le dicte, y que esto es un derecho. El propio pensamiento es lo que nos hace personas. Es nuestra personalidad y la variación de opiniones, la pluralidad, el derecho al disenso es lo que da sentido a la vida humana y a sus valores más democráticos.
No voy a entrar ahora (ya lo he hecho en otras muchas ocasiones) en la educación, que es el camino que nos hemos dado para conseguir estos derechos. Tenemos un derecho inalienable a la libertad de pensamiento, así como a poder expresarlo.
Estoy de acuerdo con todos los que defienden que la prisión por motivos políticos es una violación de los más profundos derechos humanos: el derecho a ser persona, a tener pensamiento propio y poder expresarlo, a la libertad de conciencia.
Dicho esto ¿cómo puedo pensar que en mi país que presume de democrático puedan existir presos políticos?
Yo expongo mis opiniones y no suelen detenerme por ello, y creo que así lo hace todo el mundo y la prensa y los demás medios de información. Se escuchan y se leen cantidad de críticas a los políticos, al presidente del gobierno e incluso a la monarquía. Y no veo que nadie sea detenido.
Cuando alguien habla de presos políticos en España, ¿de qué está hablando? Hasta ahora no he oído hablar de los presos políticos en Galicia, en Aragón, en Andalucía, en Cataluña, etc. He oído hablar, o mejor dicho el artículo que ha dado pie a este escrito habla de los presos políticos en Euskadi.
Puedo estar equivocado, porque soy muy ignorante de estos y de tantos temas, pero los presos que llaman políticos de los que he oído hablar, no están en la cárcel por sus ideas políticas. En este caso podrían estar en la cárcel muchos políticos de algunos partidos en Euskadi y otras partes de España.
Si no estoy equivocado, de los presos que hablan es de los terroristas, bien porque hayan asesinado a personas o porque hayan realizado otros actos de violencia. Pero puede ser que a mí me lleguen las noticias filtradas por los poderes a los que les interesa que sean así las cosas y que yo y otras muchas personas de fuera de Euskadi estemos equivocadas. Por eso pido una respuesta aclaratoria.
Y claro, cuando hablamos de los derechos de estos presos ya es otro cantar. Son seres humanos y tienen los mismos derechos que las personas. Tienen derecho a estudiar y a todo lo que les ayude a crecer como personas aunque tal vez no tengan todos los derechos como ciudadanos, al menos momentáneamente. Luego se habla de otros derechos que ya quisieran para sí los presos llamados comunes. Sus familiares también tienen bastante calvario desgraciadamente.
Tampoco voy a entrar ahora en el tema de si son todos los que están o están todos los que son.
Otro punto importante es el para qué de los estudios, el para qué de la formación humana. Volvemos al tema de los objetivos de todo tipo de educación, que no es el tema de hoy, pero que ahí queda para su reflexión. ¿Para qué debe servir la educación?
Desconozco la situación en la que viven estos y otros presos hoy día, aunque tengo dudas de que vivan en condiciones inhumanas, como afirma el artículo
En definitiva estoy en contra de la politización de todo, pero muy a favor de que todos los seres humanos en libertad o sin ella puedan desarrollar su vida como seres humanos y ejercer todos sus derechos. Ya sabemos que todos quisiéramos poder ejercer nuestros derechos como personas y ciudadanos y muy a menudo nos vemos muy limitados. No deseo confundir preso político con terrorista.
Me considero ciudadano del mundo. Por eso tal vez haya sufrido menos tener que abandonar mi tierra, mi familia y mi gente para tener que buscarme la vida en otro lugar. Tengo una familia propia en este lugar que no era el mío, pero que ahora lo es. Y si no lo vivo as, será peor para mí y los míos y todos sufriremos sus consecuencias. Y vivo en un lugar, para muchos privilegiado, pero que no tiene ningún medio de trasporte público para acceder a mi tierra natal.
Me imagino que estos presos políticos vascos son también españoles y europeos y ciudadanos del mundo. Por cierto también me gustaría escuchar alguna vez a algún campeón del mundo con España decir “Visca el barsa, visca Catalunya, visca España, visca el mundo y no quedarse a medias.