En apoyo de los indignados del 15m. Estamos en el año 2011. Vivimos, ¿vivimos? ¿Vivo? ¿Qué sentido tiene mi vida?
Quiero hacer un pequeño análisis a partir de lo que se ha llamado la apoteosis del capitalismo liberal a raíz de la caída del muro de Berlín y sus consecuencias.
La euforia general colmó el mundo, sobre todo en occidente, en quienes mandaban y decidían todo lo que ocurría en el mundo y a todos los niveles. Aunque hubiera tenido fracasos, se les habrían perdonado, no se les habrían tenido en cuenta. Todo ha caminado sobre ruedas desde entonces, ¿o no ha sido así?
Ya no existe oposición que ha sido aniquilada y sobre todo deslegitimada. Llegamos al pensamiento único, no existen contradicciones que nos muevan en algún sentido. Todo está bien como está. Es el triunfo de la Razón, de la Razón Universal. La historia acabó, ya no hay necesidad de historia. La humanidad ha llegado a su destino final, ya alcanzó la humanidad todos sus fines. La humanidad ya no está dividida; se han superado las escisiones y las guerras. Toda la humanidad ha llegado a buen puerto.
¿Será así? Me pregunto cómo están las relaciones Norte- Sur, por poner solo un ejemplo ¿O tampoco existen los puntos cardinales? Ya todos somos uno y esperamos que todos sigan el camino correcto, el camino del éxito.
El mundo continuó. Han pasado veinte años. Hemos disfrutado del llamado estado del bienestar. No ha habido guerras en lo que pudiéramos llamar atlántico norte. Si hay problemas en el sur, miramos para otro lado; que no nos molesten, que no pongan en peligro nuestro nuevo estado de vida cómoda.
Los emigrantes siguen llamando a las puertas del estado del bienestar. Dicen que también tiene derecho a unas migajas. A unos se les abren un postigo y otros perecen en el intento. Mientras podamos seguiremos mirando para otro lado.
Parece que hoy las cosas han cambiado. Hoy la crisis no se ha quedado en los países del tercer mundo, sino que nos ha visitado a los que pensábamos que éramos inmunes a todo tipo de crisis. El estado de bienestar se ve en peligro y la opinión de la gente que lo padece sí ha cambiado.
Estamos padeciendo una crisis muy profunda y dolorosa, parece que como consecuencia de las decisiones del propio sistema, pero el sistema se mantiene fuerte. Los poderes reales o ficticios del sistema se ven menos afectados. Las columnas que lo sustentan responden, pues la cuerda siempre sigue rompiéndose por el mismo sitio, por el sitio más débil o peor cuidado.
No quieren darse cuenta de que son ellos los que han puesto en peligro el estado de bienestar, de que la sociedad, que siempre tuvo problemas éticos, tapados por el progreso económico, no puede ocultarlos por más tiempo, porque ahora la propia economía se les ha venido abajo.
Vivimos en el mundo globalizado. El conjunto del mundo está siendo afectado simultáneamente. Cuando afectaba a otros no nos importaba demasiado. Sí, podíamos pensar que remotamente podríamos sufrir atentados por parte de los que no tienen, pero seguíamos mirando para otro lado.
Me pregunto si realmente tenemos conciencia de comunidad global. ¿O nos da igual? Solo dentro de la comunidad puede el ser humano desarrollar toda su potencialidad, llegar al reencuentro de su existencia con su esencia.
Ya hace tiempo escribiía el poeta danés Pier Hein: “Es urgente una conciencia global, pues somos ciudadanos globales con almas tribales”.
Y éste es quizá el riesgo que nos acecha. Somos como niños inconscientes de que nuestros actos puedan provocar consecuencias insospechadas para el resto de la humanidad. No tenemos conciencia ni de la fuerza ni de los condicionamientos de nuestra situación de interdependencia, y no somos solidarios, porque no somos conscientes.
¿Por qué tengo que ser solidario? ¿Para evitar conflictos? Somos interdependientes. La extensión de esa necesidad de conciencia solidaria global es la gran tarea de nuestro tiempo: el desafío del que depende el bienestar compartido y aún el propio mantenimiento de nuestra civilización.
Es tiempo ya de tomar conciencia de nuestros propios intereses y necesidades. Una sociedad sana es una sociedad consciente. Esta imperiosa necesidad de consciencia solo puede resultar suficientemente beneficiosa si se extiende con rapidez a sectores muy amplios de la población mundial. Consciencia de que la inmensa mayoría de la población vive subordinada a un sector dominante común, que es el causante de los riesgos básicos a los que se ve enfrentada la humanidad en su persecución inmoderada del máximo beneficio a corto plazo. Descubrir y consolidar esta consciencia es la misión crucial y liberadora que nos reta.
Debo tomar conciencia de que es imprescindible mi actuación para poder sobrevivir.
Y aquí entra de lleno la filosofía como toma de conciencia, como pensamiento, como sentimiento. Somos solidarios, cooperamos en la medida que nuestra cooperación contribuye al interés de los cooperantes. También existe una forma de solidaridad altruista, que busca el interés general. Unificación general de intereses, los intereses fundamentales de la humanidad.
Y aquí entra el papel de los indignados. Todos somos y estamos indignados ante la situación que vivimos. Queremos una sociedad más justa que sólo se consigue con una profundización en la democracia. Y la democracia es respeto, pero también lucha por unos valores
A través de una profundización democrática se puede recortar la influencia de los grandes poderes abriendo ámbitos de libertad que posibiliten la expansión de la autonomía y de la consciencia.
Sólo mediante un proceso intensificador de la democracia podrán las mayorías de cada país incrementar su nivel de conciencia global. Porque sólo la libre participación de cada decisión socialmente significativa permite la reflexión activa sobre los efectos de esa decisión. Sólo intensificando y densificando el diálogo es posible intensificar y densificar la conciencia.
Os invito a este psicoanálisis colectivo, a tomar conciencia global y real de los problemas por los que tenemos que luchar. Tenemos que superar los intereses mezquinos y llegar a la lógica basada en la razón, en la sabiduría, y que exige solidaridad.
En la democracia que vivimos la persona ha desaparecido en la suma de los valores sociales que el poder le supone y le atribuye.
Un hombre puede estar bien alimentado y alojado, distraído y mantenido con buen humor por la industria del ocio, convencido por los medios de comunicación de que está bien informado y participa de las decisiones públicas del poder, pero que ya no tiene capacidad para plantearse la cuestión fundamental del sentido de la vida y como consecuencia está tarado para ejercer su libertad. El estado produce a sus ciudadanos, la industria produce a sus consumidores, las editoriales a sus lectores, etc., escribe Veloratzky.
La libertad intelectual significaría la restauración del pensamiento individual absorbido ahora por la comunicación y el adoctrinamiento de masas, la abolición de la “opinión pública” junto con sus creadores. Toda liberación depende de la toma de conciencia de la esclavitud.
Vivimos en la banalidad. La atención compulsiva a los medios de entretenimiento visuales y auditivos narcotiza tan eficazmente el espíritu humano que hace superfluo el pensamiento y evita que se preste atención a los problemas acuciantes que afectan hoy en día a la humanidad.
Sólo unos pocos, casi siempre en los márgenes de la sociedad, mantienen la antorcha serena del pensamiento en medio de la algarabía mediática; se escuchan unos a otros e intentan avalar con sus vidas la primacía de la creatividad personal sobre el aletargante consumismo colectivo. Son todos aquellos a quienes importa más el ser que el tener, aquellos que valoran más el querer y el ser queridos que el medrar en la escala social.
La filosofía nunca ha estado de moda. Sócrates, fue obligado por sus conciudadanos a darse muerte por irritar a los poderosos de Atenas y perturbar a la juventud con sus enseñanzas. Hoy tampoco se valora la filosofía, ni a los filósofos, porque han perdido el contacto con la gente. La filosofía se recupera a sí misma se ocupa de los problemas de los hombres, dijo Dewey. Los problemas de los filósofos y los problemas de los hombres y las mujeres reales están conectados y es parte de la tarea de una filosofía responsable lograr esa conexión, Hilary Putnam.
Recuperamos la filosofía como un quehacer, con la esperanza de que nos ayude a salir de la posible caverna en la que vivimos en nuestra cotidianeidad y a encontrar o encender una luz.
Los procesos económicos rigen la vida, el destino, los afanes y los ideales de los hombres y mujeres concretos. La cultura dominante ha convertido el éxito personal en una nueva religión basada en la productividad y en la competitividad. La productividad moviliza a la sociedad entera. El mundo del trabajo se concibe como una máquina. La sociedad exige el desarrollo represivo del individuo, impone sus mismas necesidades y sus pretensiones de satisfacción.
Estas necesidades, la mayor parte de ellas falsas, descansar, divertirse, comportarse y consumir de acuerdo a la publicidad establecida, amar y odiar lo que otros aman y odian, quieren perpetuar el sistema. Los poderes externos sobre los que no tenemos control determinan el contenido y la función sociales.
Se presenta el adoctrinamiento como buen modo de vida. Una educación adoctrinadora y manipuladora mantiene a las personas en la incapacidad de ser autónoma. Se consigue un desarrollo y una satisfacción heterónoma. En última instancia, la pregunta sobre cuáles son las necesidades verdaderas o falsas sólo puede ser resuelta por los mismos individuos, pero sólo en última instancia, e.d., siempre y cuando tengan libertad para dar su propia respuesta.
Que los esclavos aprendan, vean y piensen antes. En el grado en que los esclavos han sido pre-condicionados para existir como esclavos y estar contentos con esta situación, su liberación parece venir necesariamente de afuera y desde arriba.
El dinero se caracteriza por su intrínseca infecundidad, a pesar de que todo el mundo se esfuerce en buscarle y en erigirle como paradigma de felicidad.
Los sistemas (político, económico…) están ahí para garantizar y acrecentar espacio para la creatividad humana en todos los ámbitos sociales, no para controlarlos dentro del marco que ellos han decidido. Suprimir la riqueza excesiva será beneficioso para el rico mismo aunque no lo agradeciera, pues la riqueza le mantiene en la bestialidad de la materia y en la idolatría y en la esclavitud respecto a los objetos.
La conversión personal, el primer paso para el encuentro con uno mismo, es un distanciamiento del mundo para escucharse y conocerse.
Indignados: Habéis rescatado la historia de nuevo. No hemos llegado a ninguna parte. Ítaca, el horizonte está ahí delante. Nunca podremos tocarlo.
La historia que os toca, que nos toca escribir pasa por una toma de conciencia mundial. Somos ciudadanos del mundo. Esta toma de conciencia de la situación es la verdadera historia más que las posibles respuestas que se están buscando individualmente.
Si hubierais surgido en cualquier país del otro lado de los Pirineos tendríais más éxito. Desgraciadamente Europa sigue terminando en los Pirineos. Y aún las gentes de nuestro país siguen viviendo el papanatismo ancestral recibiendo lo que llega de fuera sin ser capaces de percibir lo que tienen delante de los ojos, o lo que les dan los grandes poderes a través de sus medios de información o de desinformación.
Lejos de las pequeñas anécdotas que sobre vuestro movimiento nos dan estos medios, y lejos de los pequeños fallos que todos tenemos, os animo a continuar haciendo historia, a seguir creando pensamiento.
De vosotros depende el éxito, todos estamos pendientes de vosotros.
José María Calvo
miércoles, 3 de agosto de 2011
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Estoy realmente muy feliz por mi vida; Mi nombre es Vargas cynthia maye, nunca pensé que viviré en la tierra antes de que acabe el año. He estado sufriendo de una enfermedad mortal (VIH) por los últimos 5 años ahora; Había gastado mucho dinero de un lugar a otro, de iglesias a iglesias, los hospitales han sido mi residencia diaria. Constante controles hasta han sido mi afición no hasta el mes pasado, estaba buscando a través de Internet, vi un testimonio sobre cómo DR. Ben ayudó a alguien a curar su enfermedad de VIH, rápidamente copié su correo electrónico que es (drbenharbalhome@gmail.com). Hablé con él, me pidió que hiciera ciertas cosas que hice, me dijo que él va a proporcionar La hierba a mí, lo que él hizo, luego me pidió ir a un chequeo médico después de unos días después de usar la cura herbal, yo estaba libre de la enfermedad mortal, él sólo me pidió que publicara el testimonio a través del mundo entero, fielmente soy Haciéndolo ahora, por favor hermanos y hermanas, él es grande, le debo en mi vida. Si usted está teniendo un problema similar acaba de enviarle por correo electrónico (drbenharbalhome@gmail.com) o simplemente whatsapp él en: + 22893464014.He también puede curar enfermedades como el cáncer, diabéticos, herpes. Etc. Puede contactarme en el correo electrónico: vargascynthiamaye1995@gmail.com
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