miércoles, 31 de agosto de 2011
Psicosophia 3ª, 2ª parte
La felicidad II
Es ese famoso dilema entre “ser o tener”. ¿Estará, la felicidad, en tener, en poseer, o en ser? Cada persona valora más aquello de lo que carece y aquello que conoce. A los pobres les puede resultar difícil admitir que la felicidad no consista en poseer algunos bienes; y aquellas personas que poseen estos bienes piensan que la felicidad está en aquellos otros bienes de los que carecen.
Por fin hay otros que piensan que la felicidad no es un objeto, algo a poseer, sino un modo de vida, un modo de ser cada día un poco más feliz, un reto a conquistar, el objetivo de una vida más plena.
Tal vez hayamos ido dándonos cuenta de que la felicidad no puede consistir en una cosa externa, algo que puedes adquirir cuando la necesitas. No la venden en las tiendas, y tampoco la ciencia o la religión te la pueden garantizar. La felicidad es una construcción de cada uno, algo que tenemos que hacer cada día y que está dentro de nosotros.
Habrás experimentado momentos de bienestar, de sentirte realmente feliz, satisfecho. Piensa cómo llegaste a conseguirlo. Comienza a conocerte a ti mismo para poder saber cómo vivir esta vida más plena, más humana, más feliz. Al ser tu felicidad una construcción propia, tendrás que construir un poquito de ella cada día, para encontrar nuevas fuentes de felicidad, que rompan la rutina, tanto dentro de ti como a tu alrededor.
La rutina tampoco da felicidad.
También habrás oído hablar de Pandora, la mujer que puso Zeus para seducir al hombre. La manzana de Eva, la Caja de Pandora, el ser humano esta creado para no resistir las tentaciones. Su tarea humana es enfrentarse a todos los problemas con los que nos tropezamos cada día y que sacó de esta Caja de Pandora, para hacer su vida y la de los demás. Este afrontar las dificultades es nuestro reto, nuestro vivir; no esperes una vida insulsa.
En esto consiste nuestra vida, en disolver líos, embrollos, entuertos y en resolver “problemas”, en ser quijotes. Nuestro vivir nos está retando continuamente y no nos deja tiempo para la rutina y el aburrimiento. Esta es nuestra enorme, grandiosa y divina tarea; tenemos que hacernos y no podemos dejar de hacerlo. Alguien, quizá, está envidiando la vida ya hecha, sin problemas, sin líos, de los otros animales, y ustedes ¿qué opinan? ¿Prefieren ver molinos que no nos comprometen a nada, o gigantes contra los que luchar, obras gigantescas que tenemos que construir?
El hombre entra en diálogo con su entorno creando nuevas formas que le hacen sentirse con más bienestar; eso a su vez ha cambiado y conformado su cerebro. (Bidireccionalidad)
Luego la felicidad está en nosotros, depende únicamente de nosotros. Dice alguien que no nos afectan las cosas, sino lo que pensamos acerca de las cosas. Piensa en ello para ver si crees que tiene razón. No trates de modificar las cosas, sino los pensamientos que tienes acerca de ellas. Comienza a ser dueño de tu vida, de tus pensamientos de tus emociones.
El ser humano no está diseñado para percibir un estado constante de placer, ni de felicidad.
El conocimiento de nuestra realidad no es un mero conocimiento teórico, sino que se va construyendo con un tejido embebido ya de emoción, pasa por el tamiz de los sistemas de recompensa y placer del cerebro.
En este conocimiento, en esta vivencia, irás encontrando el camino de la sabiduría de la que nos hablan los antiguos. Esta sabiduría no consiste más que en aprender a construir nuestra vida, nuestro camino, aprender a vivir bien, a ser más felices. Para conseguirlo tenemos la inteligencia, o mejor, las inteligencias.
La felicidad es una parte muy importante de tu vida, y así como tienes que ir realizando el edificio de tu vida, de la misma manera debes aprender a fabricar felicidad, tu felicidad y la de los otros. Ambas caminan hermanadas casi siempre. Ya sabes otra cosa. No debes ser egoísta, pues tu felicidad depende de la felicidad de otros.
Es importante pensar en los valores morales, para conseguir una vida buena. Pregúntate ¿cuáles son mis valores morales? ¿Actúo de acuerdo con ellos? ¿Actúo conmigo y con los demás como si la humanidad fuera siempre un fin y nunca un simple medio? ¿Cuál es mi idea de la felicidad humana? ¿Cuál es mi idea de los valores? ¿Quiero hacer el bien? ¿Cómo saber que estoy haciendo lo que debo hacer? ¿Soy coherente y sincero conmigo mismo y con los otros? Responder a estas preguntas te lleva al desarrollo de la inteligencia moral.
No quiero insistir en nuestro nacimiento menesteroso, aunque no podemos perderlo de vista, sino que te propongo centrar tu atención en las consecuencias de este nacimiento tan mísero del que provenimos, Nuestra penuria nos obliga a desarrollar nuestras capacidades humanas, y ellas son lo más maravilloso que poseemos, Nuestras inteligencias son la herencia que los dioses no han legado. Este don divino es la herramienta más maravillosa y eficaz para aprender a construir felicidad. Los seres que no poseen inteligencia no son capaces de felicidad.
Ya sabes que todos tenemos que desarrollar nuestras capacidades, nuestras inteligencias. Muchas personas presumen hoy de imbecilidad. Parece que está de moda presumir de tontuna, tontez o tontería. ¡Yo como soy tonto! Parece que es el nuevo salvoconducto para andar por el mundo con poco peligro. Yo te propongo que no hagas el imbécil. Creo que así lo has decidido, al menos cuando has decidido estar aquí. La tarea que tenemos como personas es no caer en la imbecilidad.
Te propongo que dediques un tiempo a aprender a desarrollar esta cualidad divina, vamos a aprender a pensar por nosotros mismos, a vivir en comunidad con las otras inteligencias y con todo el universo. Notarás dentro de ti que vas creciendo como persona, que te sientes cada vez más libre, con más fuerzas para conquistar el mundo, sobre todo, tu mundo, a ti mismo. Ve por la vida con los ojos más abiertos y estarás mejor preparado para cualquier sorpresa que te surja.
Éste es otro punto importante. Desarrolla tus inteligencias y no hagas el imbécil.
“No es necesario que te pases todo el día pensando, pero sí que pienses un poco cada día”
Otro punto en el que quiero que comiences a reflexionar ya, es que no existe un único camino; o mejor, que existe camino. La vida es multiplicidad y perspectiva. Tú vas a construir tu propio camino, tu propia perspectiva. No hay una sola verdad, sino pluralidad, verdades múltiples, que te van a ayudar a construir la verdad tuya propia. No hay identidad, sino contradicción. Comienza a asumir que vas a aprender, sobre todo, de las diferencias y de los errores, de los propios y de los ajenos, pues el error es una parte de la verdad; la parte que mejor nos muestra la verdad.
“El camino a la felicidad no está en renunciar a tu personalidad, sino en su
desarrollo, y la superación de todo egoísmo”. H. Hesse.
Puedes tener una gran personalidad. ¿Cómo te ven los otros? ¿No te importa? Lo social es fundamental. Nadie puede vivir solo, aislado. Una personalidad fuerte no cabe dentro de sí y transciende a los demás. El aislamiento de los demás es patológico. Tienes que abrirte a los otros y al mundo. Ser capaz de tener simpatía, empatía con los otros. Tienes que transmitir lo que llevas dentro. Nuestra vida consiste en dar a los otros y recibir de ellos. Dar, solo dando se crece. Es otro punto de inflexión para ser felices.
“Entiendo que entre todos, el más noble oficio consiste en servir al prójimo y en lograr ser útil a muchos. Cicerón
Si das continuamente, tendrás siempre”
Todos los seres humanos tenemos una extraordinaria e implacable necesidad de dedicarnos a algún otro, a alguna otra cosa. No podemos tomarnos solo a nosotros mismos como objeto de amor, de interés y de preocupación. Aquello que hacemos solamente por nosotros, exclusivamente por nosotros, no tiene valor moral y nos deja íntimamente insatisfechos. Lo que hagamos sólo por nosotros no consigue alcanzar el estatuto de valor. Incluso las maldades debemos justificarlas en favor de algún otro.
“Nadie tiene derecho a ser feliz solo”
Desbordamos felicidad porque hemos derramado la capacidad de ser dichosos, la felicidad que no habíamos recibido para que fuera solo nuestra, sino para derramarla, porque nos ahogaba como la tierra que no puede retener sus manantiales, los deja desbordar sobre las flores numerosas de las praderas o por las hendiduras de las rozas grises.
“Conocerte un poco más, conocer las leyes de la Naturaleza, te ayudará a evitar mucho sufrimiento inútil, y a dar un sentido feliz a tu existencia”.
“El secreto de la felicidad es éste: que tus intereses sean lo más amplios posibles, y que tus reacciones hacia cosas y personas, sean amistosas en vez de hostiles”. Bertrand Russell.
“No quieras cambiar las cosas para que sean de tu agrado, sino que sean como sean, te vengan bien a ti. Lo de dentro de ti determina lo que te viene de fuera”. (Epicteto)
“Ha de considerarse que de los deseos algunos son naturales y otros son vanos; y de los naturales, unos son además necesarios mientras otros son meramente naturales; y de los necesarios, unos son necesarios para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo y otros, en fin, para la vida misma. Una consideración acertada de todo esto sabrá en todas las ocasiones elegir y rechazar con la mirada puesta en la salud del cuerpo y la serenidad el alma ya que en esto culmina el fin de una vida feliz”. Epicuro
“Lo que hace una vida feliz son “cosas de dos clases, a saber: las que dependen de nosotros, como la virtud y la sabiduría, y las que no dependen de nosotros como los honores, las riquezas y la salud...lo mismo que un vaso pequeño puede estar tan lleno como uno grande, aunque contenga menos liquido, así si tomamos por contento de cada uno la plenitud y el cumplimiento de sus deseos regidos por la razón, no tengo ninguna duda de que los más pobres y olvidados por la fortuna o la naturaleza, pueden estar enteramente contentos y satisfechos, lo mismo que los otros, aunque no gocen de tantos bienes”. Descartes
No es más rico el que tiene más, sino el que menos necesita. No es más feliz el que más placeres consigue, sino quien es su dueño.
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