viernes, 27 de mayo de 2011

Nostalgias II

Las Lenguas, los idiomas

Durante gran parte de mi vida viví sin este problema. Hoy viene a menudo a mi mente, me acucia muy de vez en cuando y he decidido darle salida. Es una preocupación que tengo desde hace ya bastantes años.
Sé cuándo, cómo y seguramente el porqué se tomó esta decisión política.

Y es que la política puede ayudarnos a resolver cuestiones o a lo contrario, o hacer una cosa con unas personas y la contraria con otras, no en vano cada persona es única, se dice, y la política tal como la conocemos, es lo que es.
Suele usarse lengua e idioma como sinónimos, para hablar de lo mismo. La lengua española, que por cierto no sé si existe, y éste es mi problema, y el idioma español, que tampoco sé si existe.
Soy castellano de nacimiento, pero del mundo, por vocación. De niño siempre pensaba que hablaba español. Así me lo enseñaron y así lo aprendí. Nunca pretendí hablar castellano, aunque yo lo sea. Es cierto que fue en la época de la dictadura. Pero los iberoamericanos, a los que yo entendía, también hablaban español. En inglés yo siempre decía que hablaba spanish y los que hablaban otras lenguas también decían que yo hablaba spanish, español y que el español es la lengua de España.
Miro a mi alrededor y veo que en Grecia se habla griego, en Italia se habla italiano, en Francia se habla francés, los alemanes hablan alemán, los ingleses hablan inglés, los portugueses hablan portugués. Para qué seguir, incluso dentro de España los catalanes hablan catalán, los vascos, euskera y los gallegos, el gallego.
¿Y qué lengua hablamos los españoles? ¿O es que no existimos? Nos dicen que hablamos castellano. Somos el único país, España, que no tiene lengua propia, y los españoles no tenemos idioma propio como país. Resulta que un idioma, el español que se hablaba en toda España y por todo el mundo, no existe. Nos han informado de que lo que hablamos todos en España es castellano. No me extraña que haya quienes no quieran hablar castellano, pero sí español.
Y qué decir del premio Cervantes, por poner solo un ejemplo. Es “el máximo reconocimiento a la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos cuya obra haya contribuido a enriquecer de forma notable el patrimonio literario en lengua española”. Pero ¿en qué quedamos? ¿No es castellana? Ya sé que los políticos tienen sumo cuidado en publicar la convocatoria del boletín oficial del estado como el “Premio de Literatura en Lengua Castellana” Y la Real Academia de la Lengua, ¿es española o castellana?
Castellano será de Castilla, pero de España ¿qué podemos decir? ¿O no existe España tampoco?
Sabemos que fue castellano en su origen, porque nació en Castilla, pero que después fue español, porque se convirtió en la lengua de todos los españoles. Y casi todos los españoles se han sentido muy orgullosos de ella.
Eso no es inconveniente para saber y presumir que en España existen otras lenguas que la enriquecen, otras lenguas que conviven con el español, con el idioma común a todos los españoles, igual que ocurre en otros países que he nombrado al principio. Yo siento orgullo de que en nuestro país haya un catalán cada vez más rico, o un gallego tan dulce, o un euskera que no entiendo, o los que hagan falta, siempre que algunas personas no se lo apropien como algo exclusivamente suyo, y no deseen siquiera que lo aprendamos los “otros”, los que no somos “ellos”.
Ya está, he querido dar salida a estos pensamientos que también son sentimientos. No sé si puedo o debo reivindicar el uso del idioma español para los españoles y también para todos los hispanos-hablantes que son muchos más que los españoles y más importantes en el mundo de hoy. También quiero que sea una lengua universal, abierta a todo el mundo, como es natural.
¿Alguien está de acuerdo conmigo, o soy un bicho raro y además inculto?
José María Calvo

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