sábado, 4 de junio de 2011

Habla Don Quijote de la Mancha

No basta con soñar vidas, es preciso vivirlas, plenificarlas, darles sentido. A la perfección sólo se llega imitando a hombres y no tratando de poner en práctica teorías.

Pertrecho, pues, con todos los avíos de la caballería andante, calada la celada, armado de lanza y espada, bien protegido con la armadura caballeril, emprendemos tú y yo, Rocinante, tú y yo solos, la lucha por ese mundo mejor que necesitamos.
En este viaje, no hay metas, ninguna posada puede albergar al que es eterno peregrino en su ser. Nunca se llega, nunca se ha terminado la jornada. La tarea es inmensa y nunca tiene un fin.
Sé bien que a esta gloria sólo se llega arrostrando duros trabajos. La aventura, anhelamos la aventura que inyecta ilusión a una vida sin vida. Dispuesto estoy a arrostrar toda la clase de peligros que me vinieren. La vida podrá serme arrebatada, pero nada ni nadie podrá quitarme el esfuerzo por alcanzarla.
Algunos están satisfechos porque existen y con existir les basta. Pero, ¿puede ser suficiente ese mero existir? ¿Es que no sienten la necesidad de llenar hasta el borde el cáliz de la vida? ¿Existen? ¿Existen de verdad? Más bien creo que deambulan sonámbulos por el mundo.
Levanta la cabeza, Sancho amigo, y pon tu mirada en el horizonte que nos reta y nos espera. No inquieras las millas que has recorrido, sino las que te faltan por recorrer, ni busques pretextos que te detengan en lugar próximo; no cuentes los días, ni vuelvas la mirada hacia Roma. Roma camina ante ti.
Ancha es Castilla. La llanura se desnuda y no hay un triste árbol en millas a la redonda que me proteja de este fuego abrasador, ni agua que libere mi lengua pegada al paladar. Es ésta una tierra seca y a la vez fuerte, herida de muerte por seculares temporales. La pobreza que lleva en su alma proporciona vigor y brío a sus moradores, al igual que ha endurecido mi brazo. Es mi tierra, el hogar que me ha dado cobijo.
Dura estepa que no me permites gozar de tu solaz y me fuerzas a seguir a otros destinos. Tierra sin vida que me proporcionas nuevos cielos.
Castilla no es Castilla sin su cielo, ese cielo que conforma su esencia. Tus desérticos parajes gritan a la vida y conducen mi alma hacia eternidades soñadas. Este vivir que nos lleva a desear sobrevivir eternamente para seguir viviendo. Esa será, Sancho, nuestra gloria.
Ya verás cuando alumbre la primavera. Has pasado por muchas de ellas sin percatarte de su maravilloso espectáculo. En la primavera de Castilla la eternidad se hace presente. Verdes campos de Castilla en primavera, pórticos de nuestro templo celestial.
Tengo que gritarlo a los cuatro vientos: He sido salvado, he sido redimido del no vivir, del no ser, de llevar una vida dentro de una dorada prisión, ahogado por la nada. Vivía preso de mi mismo y preso de los otros, del qué dirán. Soledad en medio de la multitud. Mi cárcel estaba adornada de oro y guirnaldas, pero sólo era una cárcel.
Lo siento por ti que no has sido honrado con la gran orden de la caballería. Los caballeros andantes apenas sufrimos de necesidad alguna; vencemos la sed con el agua pura de nuestra gloria y el recuerdo de nuestra señora, por la que damos por bien venidos todos los dolores y quebrantos. Que todo redunde en el honor de la más agraciada de las doncellas. Por su honra subiré a lo más alto, me mantendré firme y sin recelo.
Si he de caer será un rayo, un huracán, o un mal paso mío el que me precipite a lo profundo. Luego llega la gloria, pues toda gloria sigue al sufrimiento, como toda nueva vida al dolor del alumbramiento.
Por qué hago esto, se preguntan los esclavos. Ellos no entienden ni podrán entender nunca acerca de reparar abusos e injusticias ni de fustigar ramplonerías. ¿Qué irá buscando? ¿Dónde está su beneficio? ¿A qué aspira? ¿En qué y dónde puedo poner el atractivo de mi vida? No han aprendido que debemos ayudar sin esperar nada a cambio, tenemos que liberar galeotes precisamente porque no nos lo han de agradecer. Si contáramos de antemano con su agradecimiento, nuestra hazaña carecería de valor.
Quienes no han tenido el gran honor de recibir la orden de los caballeros andantes, estos bachilleres, curas y barberos que embotan nuestros pueblos y ciudades no están capacitados para entender de generosidad, de heroísmo, de locura. Viven presos de la vieja lógica que los aprisiona y no les permite ver más allá. Esa es su cárcel y su condena. No pueden perdonarme que mi vida de locura los humille y denuncie el sinsentido de su miseria cotidiana.
Sólo saben lo que les han enseñado: la tradición, la ramplonería, la mezquindad. Vegetan en su mundo de sombras, de medallas, de placeres, de luchas por el poder, que son las vendas que tienen en los ojos y les impiden ver y desear salir del engaño hacia la luz. Viven confundidos y quieren alcanzar el cielo sin haberlo ganado, pero quien no conoció la inquietud, jamás conocerá el descanso.
No quiero ser una oveja más; soy abeja capaz de producir miel propia de las libaciones de todas las flores que voy encontrando en mi camino.
José María Calvo

1 comentario:

Arnedo dijo...

Me gustan mucho un par de frases.

Tenemos que vivir la vida tomando decisiones y con responsabilidad; me recuerda a dos citas, de Sartre y Rawls.


"No basta con soñar vidas, es preciso vivirlas, plenificarlas, darles sentido. "

>> "Aunque Dios existiera, nada cambiaría: El hombre se hace a través del ejercicio de su propia libertad". (Sartre)

http://josearnedo.blogspot.com/2011/06/jean-paul-sartre-el-existencialismo-es.html



"A la perfección sólo se llega imitando a hombres y no tratando de poner en práctica teorías. "

>> "La justicia como política, imparcial, no metafísica" (Rawls)

http://josearnedo.blogspot.com/2011/05/john-rawls-una-teoria-de-la-justicia.html