jueves, 10 de noviembre de 2016
No acuso
Yo no acuso
Desconfía de quien te ofrece más respuestas que preguntas.
“Pereza y cobardía son las causas de por qué una parte tan grande de seres humanos, después de que la naturaleza los declarase libres de dirección ajena, no obstante gustosamente permanecen de por vida menores de edad;y de por qué a otros les resulta tan fácil erigirse en sus tutores. Es tan cómodo ser menor de edad. Si tengo un libro que juzga por mí, un director espiritual que reemplaza mi conciencia, un médico que me dicta la dieta, etc., entonces yo mismo ya no necesito molestarme. No tengo necesidad de pensar”.
Emmanuel Kant
“Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿no le dolerían los ojos y trataría de eludirla, volviéndose hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar que estas son realmente más claras que las que se le muestran?
Platón
Que la sociedad, nuestra sociedad, tiene problemas es más que obvio. Que la vida consiste en resolver problemas, creo que también es obvio. Que hay problemas y problemas más ídem de ídem.
Veamos algunos de estos problemas: Escuchamos cada día a los medios: Un niño de 12 años deja una carta responsabilizando a sus compañeros y se arroja por una ventana, otro de 13 años se pega un tiro, adolescentes secuestradas y asesinadas, peleas de adolescentes, bullying, violencia de género y abusos sexuales en adolescentes y adultos, ultras violentos en los partidos, además de los de siempre, botellón, drogas, corrupción en la política, etc., etc.
La lista puede continuar y los lamentos de la sociedad también. Nadie parece saber qué puede hacer para poner remedio y sobre todo para prevenir en lo posible estos y otros desmanes. Nadie de los que mandan y de los que salen por la tele, que también suelen tener poder, porque quien no tiene poder no es escuchado. Acallamos nuestras conciencias con uno o cinco minutos de silencio delante de algún organismo público. Y luego, hasta la próxima.
La mayoría opina que la mejor respuesta está en la educación, en la prevención, más que en hacer más leyes, o en los consensos de los partidos, que queda muy bonito decirlo por la tele, o los castigos. Estoy de acuerdo, pero qué hacemos en la educación.
No voy a recordar los tiempos felizmente pasados de castigos en las escuelas, la imposición del pensamiento único, el de la autoridad de unos pocos para todos, la uniformidad y la falta de convivencia. Eran otros tiempos, me atrevería a decir, tiempos de otros.
Hoy estamos en nuestros tiempos.
España es uno de los países que más presos tiene en sus cárceles, y eso que no están todos los que son. Parece insensato, claman los “expertos”, mantener una política penal que se centra en meter a los delincuentes en la cárcel. Demasiados presos y no se cumple la tarea que tiene asignada.
¿Qué se le ha ocurrido al nuestro gobierno? Poner anuncios en la tele diciendo chicos no os droguéis que es malo, no os peleéis; chicas no hagáis caso al novio a lo que dice o hace en vuestro móvil, etc., y como lo dice el gobierno en la tele, (parece que no les cuesta dinero), los adolescentes piensan, todo eso es malo para nosotros, tenemos que hacer caso a lo que dice la televisión, y ya dejan de hacerlo. Problema resuelto.
He denunciado, he escrito libros y artículos ofreciendo aportaciones positivas que no han servido de nada. Han servido en mis aulas (creo). Hoy vuelvo a la carga, aunque tengo muy pocas esperanzas de ser escuchado o comprendido, porque tal vez no sé explicarme bien. Aunque dice el refrán que quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación.
Otros, mucho más importantes que yo, ya denunciaron la situación y ofrecieron respuestas, o mejor la forma de que cada uno encontremos respuestas. Sócrates, al que quitaron del medio por incordiar, Platón, Kant, Ortega, por no extenderme demasiado., denunciaron unos problemas que suelen surgir en cada edad, y ofrecieron la forma de acercarse a responderlos, pero nadie o casi nadie les ha hecho caso. ¿Por qué me lo van o vais a hacer a mí hoy?
¿Y por qué insisto? No estoy muy seguro, pero al igual que otros, siento dentro de mí un daimon que me empuja a hacer algo, hoy, a decir, en otros momentos a hacer, como lo he hecho durante toda mi vida y sigo haciéndolo en lo que puedo.
Miremos a los países que tienen una política de más educación y menos judicialización. Es difícil no llevar todo al campo de lo legal, pues casi todos los políticos vienen del derecho. Se oye llenar la boca con la frase “en un estado de derecho”. A ver cuando avanzamos hacia un estado de ética.
Hace mucho tiempo que bastantes profesores iniciaron una senda nueva, un nuevo modelo de educación al que se ha obviado en general, creo que no ha sido comprendido, pero podrían los responsables de la educación haber intentado aprender de ellos, si no estuvieran mirándose el ombligo y vieran que lo que hacen va de mal en peor.
También he leído y escuchado críticas a los gobiernos, ministros de educación y ministras, sistemas educativos, etc., pero sin ofrecer respuestas válidas. Son esos demagogos salvadores que despotrican de todo para ser alabados, pero no ofrecen ninguna respuesta, ni válida, ni inválida.
Otros hemos comenzado una senda nueva un nuevo modelo de educación que ayuda a ser persona, a ser ciudadano, a vivir en sociedad, a pensar por sí mismo, a dialogar con respeto, es decir a respetar y valorar al otro, a aceptar las propias responsabilidades.
Este nuevo modelo es válido para toda la escuela, instituto y universidad. También en la calle, faltaría más. Desarrollar capacidades, de analizar, de comprender, de leer, de adquirir el pensamiento crítico, creativo y cuidadoso con y en cada materia, en todas las asignaturas. No sé si es necesaria una educación para la ciudadanía, pero si toda educación para ser ciudadano responsable. Despertar o al menos no matar la curiosidad, la necesidad de saber, de dialogar.
Hemos visto los frutos de este nuevo modelo, pero no ha triunfado en la sociedad, ni hay profes preparados para entenderlo y menos para ponerlo en práctica, claro que eso se puede conseguir, si se quiere.
Vivir es aprender a vivir, educarse, convivir, dialogar, compartir, buscar la verdad y construirla en común, aprender a relacionarse, a ser responsable de los actos, aprender la amistad, los valores. Con la lengua, las matemáticas, la física o la historia, por ejemplo.
El aprendizaje se da a partir de la experiencia, Los hábitos democráticos se adquieren ejercitándolos, ensayándolos. Comencemos poniéndolos en práctica en casa y en la escuela desde pequeñitos.
“La mente no es una vasija que haya que llenar sino un leño que hay que hacer arder para que avive el placer por la investigación y el amor por la verdad”. Plutarco
José María Calvo
http://josemariacalvo.blogspot.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario