jueves, 25 de abril de 2013

Donde olía a piedra y verde


           
 

            Donde olía a piedra y verde, hoy huele también a libro y a palabra.           

            Una palabra, una sola palabra. Habla, no te quedes mudo, sin saber qué decir. Sin la palabra no eres nada, no eres nadie.
            Mi palabra es mi vida, que me es arrebatada. Llega la noche. No tengo palabras; han muerto en sacrificio por mi vida.
            La palabra tiene un cuerpo y tiene también un alma. El alma de la palabra, que solo conserva su arruga perdurable. No hablo yo, dejo hablar a la palabra. Las palabras hablan solas en tus ojos, en tu mente. Ya no es mía, es nuestra palabra, nuestra vida en libertad.
            Palabra. Tú encendiste la luz y alumbraste el caos para edificar un cosmos, la inmensidad del universo, la naturaleza, la vida.
            Espíritu divino. Forjas el ser humano e infectas el todo. Eres fuego ardiente arrebatado a los dioses, soplo vivificante, fuerza potente que fertilizas la madre tierra. Fecundas las semillas, fermentas las aguas, mueves y tiñes la sangre en las venas.
            Agua de vida, truenas, nievas, llueves, curas enfermedades, conservas la vida.
            Mary Carmen, Kiki, Librería "Arias Montano", San Lorenzo.
            Estamos hoy aquí para celebrar algo: el día del libro y ¿una jubilación? Dicen que jubilación proviene de júbilo, de alegría. No importa, yo creo que hoy estamos hoy aquí más bien por todo lo contrario. Queremos homenajear, felicitar a una persona, a una amiga, por los años que precedieron a esta jubilación, por los años de vida, de vida intensa, de amor y dolor, de sacrificio a una vocación. No sé si existe la vocación de "librera". En este caso, en esta persona, sí que existe una vocación.
            Nos encontramos, pues, en la librería. ¿Por qué, para qué vamos a una librería? ¿Qué fuerza nos empuja hacia este lugar y no hacia otro?
            ¿Caminamos sin rumbo fijo? ¿Llegamos sin haberlo pensado?
            Una librería contiene algo especial, algo fundamental para los seres humanos. Contiene libros. Más que contenerlos se constituye como tal por los libros. Una librería no sería tal librería sin sus libros. Y en este caso está tan cerca del ser humano que los seres humanos también estamos constituidos por libros. Los libros nos hacen humanos y los libros nos hacen libres. Libera al hombre de la animalidad, de la brutalidad, hasta encumbrarle, en carro triunfal, a lo más alto de los cielos. Es libertad impulsora y propulsora de vida. Conquistamos el espacio exterior, los libros nos ayudan a conquistar nuestro espacio interior.
            Nos diferenciamos de los demás seres del universo por aquello que constituyen los libros, por la palabra. Somos palabra, pensamiento.
            "De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo... Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria", escribe Jorge Luis Borges.
Las palabras escritas ayudan también a no desvanecerse con el tiempo la memoria. Tenemos ojos para ver y sensibilidad para vivir. Veamos y sintamos nuestro yo y nuestras circunstancias. Aprendamos y recordemos.
El Ateneo es el lugar de la palabra. La palabra nos hace personas. La palabra es el vínculo de la humanidad, hace comunidad. La palabra nos abre al otro, al diálogo, a la convivencia. Cuando nos falta la palabra, el diálogo, solemos recurrir a la intolerancia y a la violencia. La historia es fiel testigo de ello.
            Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora, reza un proverbio Indú.
            "Lee y conducirás, no leas y serás conducido". Santa Teresa de Jesús.
            Los libros como el amor, se parecen a un buen amante…todavía hace la diferencia llevarse uno a la cama.
            Por eso estamos hoy aquí, para felicitarnos y sobre todo para felicitar a una persona especial, a una librera de vocación, por haber puesto a nuestro alcance, por haber contribuido de manera especial a nuestra realización como seres humanos por medio de la palabra, por medio de los libros, por medio de la librería "Arias Montano". Bien para nuestro propio hogar, bien para abrir las mentes de los jóvenes del instituto y formar la biblioteca, la librería Arias Montano ha sido un segundo hogar para mí.
            Gracias Kiki por todo ello.
            La ignorancia es la primera enfermedad y causa de todas las demás, dijo Bossuet. Aunque la ignorancia siga estando de moda, tú has luchado por desterrarla de nuestras vidas, por ayudarnos a descubrir el encanto de saber, el encanto de leer. Todos queremos saber. El saber es apasionante y apasionado, es pasión. Don Quijote nos invita a inventar pasiones para no morir. Sin pasiones no tenemos vida humana.
            Los tele medios de incomunicación nos ofrecen de todo y piensan por nosotros. Lo tenemos muy fácil; sólo con apretar un botón o hacer girar un mando o ver el título o el autor del libro que sale en la tele y dirige nuestra mirada y nuestro gusto.
            Cervantes envió a Don Quijote a romper el telón que cubre las hipocresías y fue derrotado, pero nos hizo tomar conciencia, comprender la vida. Cervantes Abrió el camino para ver el mundo tal como es.
            Don Quijote vivió escasez de certezas; tenía la certeza de la incertidumbre para comprendernos y comprender a los demás.
            Termino con un recuerdo para el Ateneo Escurialense. El Ateneo surge del templo dedicado a la diosa Atenea en la antigua Atenas. En este templo se reunían poetas, oradores, filósofos, para leer y debatir temas de la cultura. Se han fundado ateneos en casi todas las ciudades, sobre todo en España. Son lugares de reunión de las personas interesadas en estudiar y debatir todos estos temas culturales y científicos.
            San Lorenzo y la Sierra Madrileña no podía quedarse al margen de estos movimientos renovadores de la cultura. El ateneo se abre como foco artístico y cultural de referencia, que ayuda a expandir la ya deslumbrante luz que irradian nuestros pueblos.
            El Ateneo es una odisea, es como la vuelta al hogar. No puedo dejar de evocar el poema Ítaca de Constantino Kavafis. Nuestras vidas son odiseas, son un regreso a nuestra Ítaca, a nuestro hogar, a nuestro ser.
            Dice Tao: "El que sabe no habla, el que habla, no sabe".
            Me callo. Buenas tardes.

 

 

1 comentario:

Unknown dijo...

Te he leído el trozo "el bien y el mal". me interesa debatir sobre el mal, desde una perspectiva muy amplia. Volveré
http://ellobodehobbes.blogspot.com.es