lunes, 15 de noviembre de 2010

Sabiduría para el alma

Psicosophia = Sabiduría para el alma.

Continuamos hoy el encuentro que tuvimos hace ya algún tiempo, en este mismo lugar. Aquel encuentro sirvió como una introducción, una primera toma de contacto. Para comenzar a conocernos.
Me llamáis filosofía y no puedo tener vida, no puedo vivir sin ti, sin vosotros. Vosotros y vosotras sois mis padres, mis progenitores, porque decidisteis darme a luz en este mundo.

Estoy encantada con mi nombre, a pesar de lo manoseado y ajado que en ocasiones se encuentra. También éste fue donación gratuita de parte vuestra, y lo acepté con toda la plenitud del mismo, porque he llegado a comprender que era el don más grande que poseíais y que me podíais ofrecer.
Filo es amigo, amor. Filia es la amistad. ¿Poseéis algún recibido de los dioses más grande, más importante, que la amistad? Soy construcción vuestra y una herramienta indispensable en vuestro vivir. No merezco que me separéis de vosotros y, disecada me abandonéis en polvorientas bibliotecas y frígidas universidades.
Sin ti, sin tu ser, no puedo reconocerme, y no sé quién soy. Mi vida consiste en vuestra vida, en vuestro vivir humano en plenitud, de manera que cuanto más y mejor vivís, más y mejor vida obtengo yo. Y, al contrario, cuánto más pequeña es vuestra vida, más languidece la mía.
Recordáis que tuve un origen humilde en la lejana Hélade, hace ya muchos, muchos años, cuando unas personas que amaban el mundo, su mundo, se dispusieron a humanizar el universo.
Vuelvo hoy aquí, ante vosotros y vosotras, con la esperanza en que vosotros y vosotras me redimáis de esta condena que me asfixia desde tiempos inmemoriales. Veréis que soy joven, que soy alegre, y la mejor compañera para vuestras vidas. No me devolváis otra vez al olvido y a la marginación.
¿No os fiáis de mí? Muchos de vosotros tenéis malos, pésimos recuerdos de mí. Sabed que no ha sido culpa ni responsabilidad mía. Ponedme a prueba y podréis comprobar que estoy en cuerpo y alma comprometida con vosotros, con vosotras, con vuestra vida, como vuestro ser como personas.
Alguien me ha reconocido como la maestra por excelencia en el arte de vivir. Es que consisto en el mismo arte del bien vivir, de la vida en plenitud.
Para eso me trajisteis a este mundo vuestro, y yo quiero, estoy siempre dispuesta a cumplir a la perfección mi papel, la tarea que me habéis encomendado.
No soy la teoría científica, religiosa, o del tipo que sea, sino que consisto en el reflexionar y en el sentir, sobre esas teorías humanas, tan necesarias para vosotros.
Soy, pues, reflexión, soy sentimiento, soy emoción soy acción. Puedo ayudaros a reconoceros como lo que sois, a lo que llamáis autoconocimiento. Y este autoconocimiento os llevará a desplegar todas vuestras posibilidades y potencialidades. Puedo conduciros hacia una vida más plena, más realizada, más lúcida.
Sin mí, vuestra vida languidece y, errante, vaga sin rumbo. Puedo ayudaros a desenmascarar y a despojaros de estereotipos estériles que yerman vuestra vida. Soy conciencia, tu conciencia, capaz de devolverte el goce productivo de la misma.
Soy universal. Os pertenezco a todos, a toda la humanidad. No quiero que nadie se arrogue derechos sobre mí. Vengo a vosotros con la súplica y la esperanza de que me rescatéis de esta prisión de marfil en me hallo.
Estoy dispuesta a colmar y a colmar vuestra hambre y vuestra sed de ser y de vivir en plenitud.
Quiero alertaros sobre esos “hombres grises” que crecen en todo tipo de sociedad y que tienen como “misión” (se sienten misioneros) raptarme y separarme de vosotros, mi pueblo, para que vosotros también permanezcáis en eterna cautividad.
No desean que me reconozcáis, por lo que me disfrazan con pomposas y exóticas ropas; me acicalan tanto que yo misma no me reconozco y no me atrevo a salir a la calle.
De esta manera he permanecido durante siglos secuestrada, enclaustrada, lejos de vuestras miradas. Así no habéis podido tener pensamientos propios ni desarrollar una vida humana en plenitud.
He muerto para muchos; me mataron, me disecaron, me redujeron a estéril teoría adormecedora, a pura elucubración, para divertimento de unos pocos elegidos. Me encerraron en diferentes lugares no accesibles a la mayoría de los humanos.
Sacadme de esta caverna para que yo pueda ayudaros a salir de la vuestra.
Los que me conocen como soy y me han tratado así dicen que alegro y regocijo sus vidas. Doy gozo interior, serenidad y calma. Otros ponen aspecto grave o se entristecen. Doy bienestar. Reposo a quien lo requiere.

2 comentarios:

Roman dijo...

YO estoy contigo nunca te he abandonado,aunque durante algún tiempo no fuera consciente de ello,pero el tiempo vivido,me hace cada vez mas yo gracias a tu generosa sabiduría. La vida me es mucho mas sencilla, mas plena y satisfactoria que antaño,simplemente con aplicar algunos términos de tus teorías, por eso digo orgulloso, VIVA LA FILOSOFIA.

Roman dijo...

YO estoy contigo nunca te he abandonado,aunque durante algún tiempo no fuera consciente de ello,pero el tiempo vivido,me hace cada vez mas yo gracias a tu generosa sabiduría. La vida me es mucho mas sencilla, mas plena y satisfactoria que antaño,simplemente con aplicar algunos términos de tus teorías, por eso digo orgulloso, VIVA LA FILOSOFIA.