Como cada año rendimos un homenaje a la filosofía en este día dedicado por la UNESCO a celebrar su existencia que no es poco y, desde mi punto de vista, a recuperarla para las personas y la sociedad en general, incluidos los poderes políticos.
Hablar de filosofía es sacar a colación conceptos como: Diálogo o pensamiento, pensar, entre otros.
La
filosofía nos invita a dialogar, a pensar, y a muchas cosas más. Hoy centro mi
atención en el pensar. Los seres humanos pensamos ¿o no pensamos? Existen
quienes opinan que pensar exige un gran esfuerzo, y más personas de las que
quisiéramos tienen alergia a esta clase esfuerzo. ¿Para qué pensar? Se
preguntan ¿Para tener problemas, para que se te levante dolor de cabeza? Evitemos
ese esfuerzo no buscado, no deseado y molesto que nos pone trabas en nuestro cachazudo
y cómodo deambular por la existencia y escabullámonos de cualquier tipo de
compromiso, de proyecto vital, de llegar a ser quienes somos. Que piensen otros.
Ya el famoso torero le confesó al pensador Don José Ortega y Gasset que “tie
quaber gente pa to”.
La
filosofía te alerta y te anima a recuperar tu pensamiento, a ser creador de tu
persona, de tu propio modo de ser auténtico.
Desarrollar
el pensamiento propio, tener un sentido crítico es la vía más adecuada para
sostener una Sociedad Abierta y garantizar la responsabilidad ética del
individuo.
La filosofía cultiva la inteligencia en su
lucha contra las dificultades que encuentras en la vida, la pereza intelectual
y el dogmatismo. Te da un sentido crítico para librarte de las amenazas más
insidiosas contra tu autonomía, a superar las máscaras sociales con las que
intentas protegerte de los falsos valores que quieren imponerte, te ayuda a
romper esas cadenas y recuperar tú propia vida, enfrentándolas desde tu forma
de ser y no siguiendo expectativas ajenas o modelos sociales preestablecidos.
Te da seguridad en ti mismo y te permite tomar la mejor decisión.
Salimos
de nuestros errores individuales y de los adoctrinamientos en que vivimos por
parte de quienes detentan la autoridad dentro de los estados. Ante la escasez
de pensamiento crítico existen sistemas parlamentarios que tratan de imponer sus
ideas y atacan los derechos humanos como si fueran un régimen totalitario.
La
pereza intelectual de la que te hablaba antes puede conducirte a aceptar como
buenas las ideas de otros que las consideran verdaderas, y creen que
deben ser impuestas a los demás, «poniendo mucho cuidado en destruir toda
posibilidad de reflexión”.
Invitamos
a padres y profesores a oponerse a este estado de adoctrinamiento, a que ayuden
a los jóvenes a desarrollar su personalidad, a no caer en las trampas que se
les presentan a mostrar respeto y a no convertirse ellos mismos en
adoctrinadores y amaestradores de mentes vírgenes.
Facilitemos
el pensamiento propio, el pensamiento crítico y la creatividad, la capacidad de
expresarnos y de disentir cuando así razonablemente lo consideremos.
Ante
las diversas dificultades puedes pasar por momentos en los que no ves solución
próxima para ellas. No encuentras solución ni respuesta satisfactoria a los
obstáculos que se te presentan. Te parece que la vida se para. Comienzas culpando
al entorno, a los demás y no miras dentro de ti. Necesitas silencio para
escucharte. La filosofía te anima a reflexionar; permítete estar ahí, respira
hondo, expulsa las prisas y escúchate. Las respuestas van surgiendo.
Respétate,
recupera tu fuerza, tu valor y los demás te respetarán. Camina
como un rey y te tratarán como tal. La sociedad no premia la
sinceridad, recompensa la apariencia, la imagen que creas.
Termino
este recuerdo con estas frases que te gustarán:
”
Pensar es el diálogo del alma consigo misma”. Platón
"La
felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos". Marco
Aurelio.
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