jueves, 21 de septiembre de 2017

¿En que hemos fallado? ¿En qué, dónde nos hemos equivocado? “Cuando creíamos tener todas las respuestas, nos cambiaron todas las preguntas”. Mario Benedetti Yo siempre había pensado que la estupidez no era peligrosa y que no podía amenazar al orden establecido; la reflexión, en cambio, sí podría hacerlo. De esta manera yo intentaba justificar el desarrollo del pensamiento y de la reflexión; pero no sé si me han cambiado también esta pregunta. Hoy parece que la estupidez está amenazando muy seriamente el orden del mundo, de este mundo que nos hemos dado. Los poderes han temido y temen a las personas reflexivas, porque tienen miedo a perder su sillón, pero hoy las personas menos reflexivas se lo remueven de un solo tajo. Siempre he trabajado por la educación de los jóvenes, para prevenir esta estupidez; me parecía que el remedio a la mayoría de los males de la sociedad estaba en la educación. ¿Me habrán cambiado también esta pregunta y tendré que buscar una nueva respuesta? He trabajado por un modelo de educación al que poca gente ha hecho caso alguno, lejos de todo adoctrinamiento y manipulación de las mentes más vírgenes, pero lo más cómodo es dar datos y doctrinas en las universidades para que los profesores los trasmitan a sus alumnos. Quien tiene poder para ello sigue adoctrinando en sus verdades y en muchas ocasiones imponiéndolas a la fuerza. Parece más productivo maldecir la oscuridad, aprovechar el morbo que producen en las masas los horrores de la oscuridad, y no presentar modelos de luces para acabar con esa oscuridad tan nefasta. Sacar a la luz estas oscuridades es rentable y da premios literarios o artísticos. Podían mostrar la belleza que hay en el mundo y sin embargo nos la ocultan cada día, no es rentable. Una estructura de sujetos aislados dentro de las aulas, incomunicados, recibiendo “conocimientos” estereotipados, muertos, de los que no siente ninguna necesidad. Los niños sienten que nadie sabe cómo se resolverán los problemas que ya nos afectan hoy, y por eso no se enganchan a la escuela, y porque el profesor actúa como si tuviese todas las respuestas. El aprendizaje en el colegio se centra en evitar cometer errores. El contexto autoritario dentro de la escuela es tal que los chicos solo quieren complacer al maestro. En este sistema no importa mucho si los chicos aprenden y comprenden. ¿Qué es eso de aprender, de aprendizaje significativo? Nunca lo había escuchado antes. No se sabía ni importaba. Lo verdaderamente importante son las calificaciones, las estadísticas, el quedar bien ante la sociedad. Llevan a actividades no significativas para el que aprende, por lo que se diluyen, se olvidan con rapidez, se expulsan del cerebro. Cada persona aprende lo que es relevante para su vida. Sigue teniendo razón Arturo Pérez Reverte cuando escribe: “Todos vivimos a merced de quienes controlan los medios de comunicación de masas..., náufragos de nuestro fracaso espiritual, somos cada vez más corchos a merced del primero que llega con labia o con recursos suficientes para llevarnos al huerto". Nos gusta ser llevados al huerto, es más fácil que construir el camino propio al andar, pero sólo el pez muerto sigue la corriente. Los resultados, la situación de fracaso, la miseria no solo física, lo que es tremendo, sino también la miseria mental, la injusticia, la rebeldía contradicen la racionalidad acomodaticia del sistema. Existe un entontecimiento y hasta un envilecimiento que abarca muchas áreas de la sociedad. He seguido un lema diferente al que siguen la mayoría de las gentes, de los medios, etc. Este lema heraclitiano dice: No maldigas la oscuridad, enciende una vela. Darnos cuenta de que lo que realmente importa son las personas y no los currículos a aprender. No nacemos hechos, tenemos que ir haciéndonos. Este quehacer es la educación, y cada uno es responsable del quehacer de su vida; nadie lo hará por él. Educar es dejar que cada uno se eduque a sí mismo en diálogo con los demás, es ayudar a que se desarrollen sus posibilidades más que restringirlas. Estas posibilidades son tanto personales como sociales, intelectuales y morales. Una educación activa, democrática como único medio de acceder a ser individuos libres, responsable, demócratas, activos, capaces de construir una sociedad cada vez más justa. No se puede aleccionar a las personas, adoctrinarlas, amaestrarlas, solo ayudarlas PARA QUE SE BUSQUEN A SÍ MISMAS, PARA QUE SE VEAN CON SUS PROPIOS OJOS. Ni gafas ni píldoras, escribe Montaigne. El ser humano es creador de mundos a semejanza de los dioses de los que procede. Dios nos creó a su imagen y semejanza, dice la Biblia. Poseemos el fuego divino que Prometeo robó a los dioses, la inteligencia. Nuestra tarea en la vida es desarrollar estas facultades divinas para poder ser. Es cierto que Zeus nos dio también la caja de Pandora, y Eva le dio a Adán la fruta. Es el precio que tenemos que pagar para hacer nuestras vidas. Una vida sin dificultades no es vida. Vivir es enfrentar problemas y disolver entuertos. Educación es igual a vida humana. El ser humano es un proyecto, necesita hacerse, realizarse. Este quehacer vital es la educación. Por medio de la educación nuestra alma se transforma en algo humano y crea cultura. El estudiante debe aprender a mirar dentro de sí, a conocer su pensar propio, su sentir y su actuar. Este aprendizaje le lleva a ser crítico consigo mismo y a observar lo que ocurre a su alrededor, creándole la empatía necesaria para relacionarse con los otros. "Si queremos adultos que piensen por sí mismos, debemos educar a los niños para que piensen por sí mismos». Lipman. No aceptes vivir en un mundo ya interpretado por otros, ni ser como quieren hacerte todos los días. Busca ser como quieres ser. Pregúntate cómo quieres ser y entrégate a la tarea. ¿Seremos también nosotros, con más o menos labia, quienes tratemos de llevar al huerto a los alumnos? ¿O somos nosotros mismos llevados al huerto por alguien? “El mejor regalo que podemos hacer al otro, no es compartir nuestras riquezas, sino hacerle ver las suyas propias”. Benjamín Disraeli. Para este quehacer de nuestras vidas necesitamos a los otros. Nadie lo puede conseguir solo. El conocimiento al contrario que otras cosas crece y crece al ser compartido. Necesitamos aulas en las que se comparta el saber, el conocimiento. Convertir la clase en una comunidad de investigación, con el diálogo trasformador de la experiencia educativa como centro, en que los pensamientos y las palabras de los propios estudiantes pueden ser escuchados. Se fortalece el pensamiento y el juicio, y los estudiantes descubren por ellos mismos los principios del razonamiento y los aplican a su propia experiencia del mundo en el que viven Aprenden significativamente, pues el conocimiento es un proceso activo, construido por el estudiante. Los infinitos valores que proporciona una comunidad de búsqueda están a la vista de todo el que mire con atención. Aumentan su autoestima y les prepara para adquirir aún más destrezas cognitivas y sociales, y a pensar, hablar y escribir en otras materias diferentes. Aprender a pensar matemáticamente, históricamente, científicamente, lingüísticamente, etc. etc., así en todas las materias. Es aprender a ser responsable, solidario y a afrontar problemas reales: bullying, drogadicción, violencia, racismo, machismo, contaminación. Alcanzar el pensamiento divergente que fomenta un tipo de pensamiento crítico y no lineal "absolutamente necesario" para el desarrollo del conocimiento en la actualidad. El aprender produce placer, sentimiento que va unido a la emoción positiva, por lo que hay que recuperarlo en educación. Sin el placer, no hay motivación y sin motivación no hay aprendizaje. "Nadie libera a nadie, y nadie se libera solo. Los seres humanos se liberan en comunión." Paulo Freire. No queremos robots obedientes, al servicio de alguien, sino personas con dignidad y sentido de su propia vida. Los seres humanos convivimos con nosotros mismos, convivimos con diversos pueblos, etnias diferentes, y después de muchos siglos de “convivencia” personal y entre los pueblos, parece que es necesario seguir hablando de educación. Por otra parte es el campo en el que más se ha hablado y escrito, casi todo el mundo es experto en educación. Deseamos y aprendemos lo que vemos y oímos, lo que vivimos, nuestra experiencia. Vemos lo que nos ofrecen: falta de fe en los poderes públicos, problemas de intolerancia, xenofobia, que provocan el odio, el terrorismo, problemas de marginación, de maltratos, de drogadicción, de fundamentalismos. Vemos que aumentan los delitos cometidos por niños y jóvenes, cada vez hay más abusos sobre las personas más indefensas: problemas de pedofilias en redes sociales, violencias de género. Parece que el individuo ha sido vencido por la masa, que la educación ha fracasado. No podemos decidir cómo queremos que sea nuestra vida, sino que son otros los que deciden por nosotros. Ya no tenemos la palabra, ni nuestro pensamiento. No somos dueños de nosotros mismos. Tenemos que proporcionar otro modelo de educación, de vida, en el que cada persona se recupere a sí misma y no sigan siendo otros los que deciden. Nos han hecho insensibles, inconscientes y hasta impotentes ante lo que pasa ante nuestros ojos. Ya no nos afectan tantas desgracias, tantas violencias; ya no nos afecta nada. ¿O sí nos afecta? ¿Educación para ser feliz? Conocerse a sí mismo. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué debo hacer? ¿Desistir, renunciar a mis creencias? Voy a tomarme un tiempo para reflexionar, pero no desmayaré, resistiré, y este texto es una muestra más. Después de todos los años en la brecha educativa y de varios libros escritos sobre este tema tan primordial que podéis contrastar en http://josemariacalvo.blogspot.com, no puedo darme por vencido, la educación no puede rendirse. Si ha fracasado un sistema educativo trasnochado que no ha dado los frutos esperados, cambiemos el sistema. Yo tengo plena confianza en la educación, en mí mismo y en los seres humanos. No importa el esfuerzo que haya que hacer, sino todo lo contrario, las dificultades nos hacen prepararnos mejor. Invito a los más escépticos, y a todos en general a confiar en que una educación adecuada es el único medio que nos hemos dado los seres humanos para construir nuestras vidas y una sociedad más justa, que prevenga la mayoría de los males que la Caja de Pandora arrojó a nuestro mundo. Este es nuestro reto. José María Calvo http://josemariacalvo.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Nos ponemos en marcha ?.La mejor arms: la Filosofia ( o mejor, el me todo filosofico(que puede ser aplicado en cualquier campo) aprender a cuestionar en un talantede curiosidad sostenida de forma que cada hallazgo nos redunde en placer cognitivo.